lunes, 12 de octubre de 2009

Kasparov versus Deep Blue


Se trata sin duda de una cuestión bastante controvertida, con muchas implicaciones en la psicología y en la ingeniería (y me atrevería a decir que en la filosofía). A pesar de las apariencias, no resulta nada sencillo responder a esta pregunta: para empezar tendremos que ver qué entendemos por “máquina”, qué significado le damos al término “pensar” e incluso a qué nos referimos con “pueden”.

La explicación de por qué cuestionamos el significado de esta última palabra es un poco enrevesada, pero resulta que no es lo mismo preguntarnos si las máquinas actuales pueden o si las máquinas en general podrán llegar a pensar un día. De hecho, podemos asumir que las máquinas pueden pensar aunque no sepamos diseñar una que lo haga: la cuestión no es si somos capaces de construirlas o no: es si es posible construirlas.

La cuestión de si las máquinas pueden o no pensar pensar nos coloca directamente ante la pregunta de si podemos o no comprender nuestra propia mente. Incluso si en un futuro fuéramos capaces de alcanzar el total conocimiento de la mente humana, tal vez no seríamos capaces de replicarla sobre un autómata.

El análisis de nuestra pregunta nos conduce inevitablemente a estudiar qué consideramos una máquina: en cierto sentido, podemos flexibilizar un poco la definición... De hecho, hace unos siglos no se conocían más máquinas que ciertos mecanismos sencillos (poleas, carros...), y hoy en día disponemos de computadores, que son máquinas de una complejidad enorme si las comparamos con aquellas: el concepto de máquina ha ido expandiéndose a la misma velocidad que el desarrollo de la humanidad

Una vez podemos considerar a una bacteria como una máquina muy compleja, podríamos incrementar este grado de complejidad hasta llegar a ver diversos animales como máquinas. Luego si podemos considerar que los humanos somos un tipo de máquina, querrá decir que las máquinas pueden pensar.

En la definición del término pensar es donde podemos encontrarnos con verdaderos problemas, que fueron precisamente los que Turing trató de evitar diseñando su test. Particularmente, opino que este test no es una aproximación muy fiable, y que si lo tomamos como referencia, podríamos encontrarnos con máquinas que puedan ser consideraras inteligentes mucho antes de los que pensamos. Y la cuestión no es que podamos decir que algo es inteligente, sino que ese algo lo sea de verdad...

Pero tengo que confesarles que a menudo me planteo una pregunta incómoda... ¿realmente necesitamos que las máquinas piensen? ¿Por qué no empezamos a pensar los humanos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario